Aprende masajes

martes, 11 de enero de 2011

La terapia Cráneo- Sacral

El momento de nacer es decisivo para abrir las puertas a la vida. Pero posiblemente, si  fuéramos capaces de rememorar el momento de nuestro propio parto comprenderíamos que, a pesar de todo, moverse por aquel estrecho túnel no fue nada fácil.
A diferencia del resto de mamíferos y en contra de lo que marca la naturaleza, la mujer pare tumbada y no en cuclillas, yendo así en contra de la gravedad. La razón es sencilla: los focos del quirófano alumbran mejor a la parturienta, lo que en principio ayuda a los trabajos de médico ginecólogo.
Así empieza el largo viaje hacia la luz. El niño se ve arrastrado hacia la columna de su madre. Salir no es tan fácil, llegar al primer diámetro de la pelvis y continuar tampoco. A veces, el cráneo del bebe es mayor que las medidas de la pelvis, el pequeño se asusta. Las contracciones del parto no cesan y lo empujan a llegar hasta el final pero a la vez, en ocasiones, le oprime la base del cráneo.
El bebe puede nacer  con un parto más o menos difícil, pero inevitablemente siempre en posición horizontal. Si la gravedad nos ayudara, toda seria menos complicado. Pero al pequeño hay que ayudarle y en este caso,  el médico ginecólogo siempre lo hace tirando desde la cabeza, provocándole una hiperestesian a través de la rotación de su cráneo.
A veces el golpe es tan fuerte que provoca un largo tirón a todo el sistema cráneo-sacral, que es aquel  que conecta el cráneo con el sacro y donde habita nuestro sistema nervioso vago, que controla el sistema digestivo, respiratorio y excretor, el glosofaríngeo, que dirige los movimientos de la lengua, las amígdalas, la faringe y el oído medio y el espinal, que controla el trapecio y el esternón.
Otros niños lloran por no poder mamar ya que tienen mal el reflejo de la succión por que su lengua no funciona y no pueden mamar. Su nervio se altero en el momento del parto. O el niño que no puede digerir bien y vomita, se le cambia la leche continuamente  y se le extreman los cuidados a la hora de la comida. Pero aun así no puede defecar, tiene estreñimiento, problemas digestivos por que en el momento de nacer sufrió un largo tirón en su base craneal.
LAS EMOCIONES COMO ORIGEN DE LAS ENFERMEDADES.
Este episodio, es a veces traumático, queda grabado como una fotografía en nuestros tejidos. A lo largo de la infancia y de la vida de adultos, son millones de células que están siendo bombardeadas constantemente por impulsos, emociones que pueden suponer como un golpe y que en ocasiones se enquistan. Son como una pequeña piedrecita que se nos mete en el zapato  y que somos incapaces de sacar por qué no podemos dar con ella. Y estas emociones, que quedan en la memoria de nuestros tejidos como una cinta de cassette, pueden ser la causa de algunas de las alteraciones de nuestros hijos como hiperactividad, dolores de cabeza, falta de concentración, o dislexia.
La terapia cráneo sacral puede ayudar a liberar esta  tensión, esta pequeña piedrecita que se nos enquisto. Se puede realizar a los pocos días de haber nacido el niño pero también a lo largo de  
toda nuestra vida. Esta terapia fue desarrollada por el doctor estadounidense John E. Upledger durante la década de los 70. Años atrás, William Garner  Sutherland, alumno de Franklyn Still, padre de la osteopatía, descubrió la existencia de una pulsación rítmica sutil  que fluye a través del sistema cráneo sacral.
A través de este sistema que conecta el cráneo con el  sacro, fluyen nuestras tensiones. Mediante su estimulo, hemos podido tratar a niños con hiperactividad, tartamudez, problemas de aprendizaje, pero también a adultos con dolores de cabeza, de pecho, rodilla, ciática o depresión.
REVIVIR RECUERDOS OLVIDADOS.
Son masajes muy suaves y sutiles. El terapeuta escucha sus manos, siente el ritmo del sistema cráneo sacral y ayuda a que este fluya, funcione de forma más acompasada y sin tensión. A través de su tacto, ayudamos  a que el paciente conecte consigo mismo y sea capaz de reconocer que aquella tensión que viene de la niñez y emerger así una vivencia que parecía haber quedado soterrada.
Puede que reviva aquella vez que su padre le dijo algo delante de sus amigos que le hizo llorar y que provoco  que se fuera avergonzado a su habitación. En aquel momento aquello le traumatizo por que fue incapaz de entender la actitud de su padre. Pero todo esto quedo almacenado como un cliché en sus tejidos. Probablemente esta sea la causa de la tartamudez o de sus tics que sufre de adulto. Porque algunas de nuestras alteraciones tiene causa emocional.
A través de la terapia sacro-craneal, el terapeuta toma contacto con los tejidos mediante estos masajes tan suaves. Y es así como automáticamente, el paciente puede revivir aquella emoción como si fuera actual.
En este momento decimos que el paciente está en la lavadora por que todo se remueve en su interior y es capaz de sentir aquella rabia , ira, dolor, tristeza o enojo que le sobrecogieron en aquel momento de la niñez y que, entonces, fue incapaz de digerir, causándole hasta alguna alteración física años después.
Ahora, que puede volverla a sentir, seguramente podrá comprender aquel episodio que muchos años atrás le pareció traumático y por fin resolverlo y a prender a aceptarlo.
Isabel Mulero
Terapeuta Créneo Sacral

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